domingo, 26 de mayo de 2013

DOMINICAL- LA MÁQUINA- por Miguel Bou.




Máquina de Chicles 22 cm 88 g
LA MÁQUINA

  En la estación de tren de cercanías que uso de forma esporádica, hay una máquina de aquellas que a cambio de una moneda deja escapar un bolsita de cacahuetes salados. Pues bien, cierto día vi como una chiquilla leía las instrucciones con atención, introducía la moneda, giraba la palanca… y nada, no salió nada. Pensando que tal vez no lo había hecho bien, volvió a poner otra moneda, apretó la palanca y esperó, pero no obtuvo mejor resultado que la vez anterior.
  Casi todos los presentes hicimos causa común con la pobre chasqueada, barboteando frases para todos los gustos… pero la llegada del tren zanjó el asunto. Días después he seguido viendo la dichosa máquina. Sigue en su puesto, erguida, recién pintada y llena de frutos, pero el letrero que la divide en dos habla por sí solo: ¡No funciona!

  Casi sin querer pensé en aquellas personas que están en sus puestos, firmes, aguantando lo que les echen, cuando las molestias son evidentes, claras y visibles, pero que no funcionan cuando el servicio es anónimo o poco recurrente. Este tipo de gente es incapaz de sentir asombro por una flor, admiración por una hormiga, amor por un pobre… Son amigos de las grandes cosas, las más visibles, las que generan aplauso, las de corta duración… y afirman que por las otras no vale la pena gastar el nombre y la dignidad de cada cual. Con una media sonrisa pensé que los tales no cumplen con la función para la que fueron implantados en este mundo, Eze. 33:7, en consecuencia, a diferencia de la máquina inservible, a éstos y a nosotros se nos pedirá cuentas cuando nos llegue el momento.

Miguel Bou.
Segur de Calafell- TGNA- 25 Mayo del 2013.

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