
AL SONAR LAS DOCE
Como una explosión, o frágil como
aborto.
Sin cartilla en la cola de
racionamiento.
Botón del fin, principio de nada.
Son las doce y como en el cuento.
La fantasía es comida por el reloj.
Y da paso al silencio mudo y amortajado.
El móvil atrasado, confirma con su
música
El gran vació que nace en la estancia-
Se escucha todo y nada.
El ruido de la corriente, el crujir de
los muebles.
El aire de tormenta silbando en las
ventanas.
Y el latir de mi corazón enfurecido
Por la orfandad de tu arrogancia-
Al oprimir el botón de desconexión
Que te une a mi como cordón umbilical.
No puedes comprender como me siento
Después que tu decides ese silencio
Que me priva de ti toda la noche.
Antes cuando aún me querías.
No permitías que mis sueños
Anidaran solos y perdidos sin ti.
Ahora te vas sin darme buenas noches.
Y te importa poco la soledad de mis
fantasías
La intensidad de sombras que dejas en
ellas.
Simplemente te vas, abandonándome a mi
suerte.
Borrando tus pisadas como la suave
Muerte de las olas en la arena de mi
playa.
Tu abandono lo noto en mi piel como
Arrancado con cera caliente.
Rápida y dolorosa, sin opción.
Por eso cuando llegan las doce de la
noche.
Y las campanas y el móvil me avisan
Se queda sola la cenicienta del cuento.
Y se
mezcla con ratones y calabazas.
Pierde sus zapatos y se queda
Sin príncipe y fantasía, cierra los
ojos.
Y piensa que quizás mañana sea
distinto.
Cierra los ojos , la luces y escucha.
De nuevo el silencio... y pensando en ti
Se deja arropar por el sueño... sin
sueño.
Lilhit 10.10.07
Ay!! Cuantas cenicientas se quedan sin zapatos...sin principe y sin cuento...
ResponderEliminar¡¡cuanta soledad al sonar las doce...!!
Un abrazo Lilhit!!
Ya ves Galilea,después de las doce, venia la una, sola.
ResponderEliminar